La fotodepilación es la eliminación del vello indeseado mediante la utilización de un rayo luminoso (Luz pulsada o también llamada IPL).
La energía luminosa es absorbida de modo selectivo por la melanina del pelo, que la transmite hasta el folículo y la transforma en calor. La matriz germinativa queda así atrofiada, impidiendo que el pelo vuelva a salir.
Para tener éxito, necesitaremos que el pelo se encuentre en la fase anágena, es decir, la raíz del pelo esté junto al folículo piloso y haya salido a la superficie.
Pero no todos los pelos se encuentra en esta fase, tendremos otros pelos que estén en fase catágena (la raíz del pelo empieza a separarse del folículo piloso) ó fase telógena (la papila desaparece, el bulbo se queratiniza y se cae el pelo). En estos casos la luz pulsada no llega al folículo piloso y por lo tanto no se consigue atrofiar, regenerándose nuevo pelo.
Es por esta circunstancia, que para conseguir nuestro objetivo, tendremos que realizar varias sesiones para la eliminar la totalidad del vello indeseado.
El número de sesiones es variable y depende del color, grosor y densidad del pelo, tipo de piel, etc. En el caso de piel blanca, pelo negro y grueso, el número de sesiones será menor que en una piel morena con pelo rubio y fino.